TRAIGO MI COPA

Traigo mi copa que rebosa,
mi celosa forma de acometer,
mi sed insome abriendo la boca
buscando la soda que suda tu piel.

Llevo el cáliz de mi deseo
entre los dedos de mi fiebre lúcida,
sin mas súplica que mi cuerpo
desnudando el veneno de su lluvia.

Levanto la dermis de los vientos
que desde adentro me desnudan,
y supura por los poros de mi verso
todo el fuego que a tu cuerpo cruza.

Tomo a sorbos el camino
del delirio que me tiene y me lleva,
donde acierta el íntimo instinto
del suspiro que me despiertas.

Esencia

EL RASTRO DE TU RASTREO

Voy contando sin llevar cuenta,

la verbena sensitiva de tus roces,

los soles que ardiste en mis venas

abriéndome entera mis días y noches.

Voy rozando los extremos rozados,

saboreando bocados dados y pendientes,

convulsionando fébriles y apasionados

los versos dictados desde lo latente.

Voy arañando las cimas de mis anhelos,

haciendome eco del grito que te callas

cuando tus llamas caen por su peso

y toman mi cuerpo como les viene en gana.

Voy siguiendo el rastro de tu rastreo,

minucioso rejoneo a lomos de mi sed

que despierta el amanecer de las noches en celo

escribiendo en verso como me haces mujer.

Esencia

UNA A UNA

Mueves una a una cada perla de mis células,

trémula sensación por el subcutáneo de mi anhelo,

polizonte travieso a deriva de tus lunas

para no dejarte ni una sola esquina sin su beso.

Cuentas una a una cada vena que mi hidratas

con el fragor que exclata por la punta de tu lengua

que en su rastreo deja en guerra a mis ganas

para amanecernos mañana en la paz de su juerga.

Agitas una a una cada partícula de mi suspiro

soltándole los hilos a la cuerda que anuda

la testaruda inercia trabada del delirio

que tiembla como niño tras la fiebre que acumulas.

Enhebras una a una las agujas de tu tacto

en el delicioso contacto entre mi piel y tus ojos,

rastreo minucioso por los cauces donde exhalo

el salado milagro succionado desde el gozo.

Esencia

QUE SEA...

Que sea tu cuerpo quien me haga,
que su lava serpee mi anhelo,
que a duelo friccionemos llamas
y se deshagan los tímidos tiempos.

Que sea tu boca quien me alimente
con ardiente suspiro sobre el cuello,
que caiga mi pelo como beso en tu frente
y accidenten tus gemidos el silencio.

Que sea tu tacto quien me dibuje
y desnude mi fantasía en tus venas,
que seamos cangrena en las urbes
donde nos fluye el bullir que premia.

Que sea tu sed quien me beba
y su cólera recorra mis vertientes,
que sumemos fiebre saciando la erecta
ingesta pasional dentro mi vienre.

Esencia