Si escuchas el taconeo
que devanean mis latidos,
y agitan cual niños
el silencio de tu deseo,
ven, sígueme que te llevo
donde me lleva tu luna,
donde me moja tu lluvia
y me roza tu fuego.
Si sientes vibrar
la tarima de tu suelo
y crees que no hay vuelo
donde te puedas hipnotizar,
ven, sígueme al pasar
mi perfume por tus venas,
al sentirte poema
donde te hago fantasear.
Si notas mi presencia
sin que mi cuerpo verbene
donde tus manos se llenen
de caricias con esencia,
Ven , sígueme en la tormenta
que desaten mis nubes,
donde llenas mis urbes
y tu fiebre las regenta.
Si vuelves la mirada
que no aguanta seguirme,
y sientes derretirse
tu firmeza en mis pisadas,
ven, sígueme a descubrir la llama
que recorre muy despacio
el trayecto dibujado
por el amor de nuestras ganas.
Esencia
Mientras sigas derramando esencias, un servidor irá por detrás recogiéndolas.
ResponderEliminarMagnífica!
Un beso
donde vayas voy..
ResponderEliminarporque eres soy..
Sublime!!!!!!!!!! ;-)
ResponderEliminarEsencia:
ResponderEliminarexcelente amiga-
sin palabras me quede, ¡mira que para que yo me quedé sin palabras¡.
buenisímo
besos
A veces he pensado en qué es lo que me llama la atención cuando pasa una mujer delante de mí, y me hace girar y seguir por un instante su espalda y su... taconeo. Hay algo especial en esa capacidad de llamada, de atracción, y que no depende sólo de la belleza física. No, es algo más: seducción.
ResponderEliminarYo creo que en tu texto expones a la perfección esa llamada seductora e irresistible. Es un don.
Besos.
Y quién no se dejaría arrastrar por esa invitación.
ResponderEliminarSaludos.