Fermenta en mi sangre el ardor
que el amor gime desde tu almena,
poema que derramamos entre dos
diluidos en sol de las noches nuevas.
Claros de luna de lento peregrinaje
al linaje de los temblores en la piel
cuando el alma es, lumbre que arde
y deja en cueros su traje al arder.
Yacen sin gravedad los suspiros hondos,
en el diptongo de nuestras bocas unidas,
se licua la vida en el trance de los ojos
que pierden su foco en el beso que delira.
Vaciadas sobre nosotros las estrellas,
acariciantes telas de alientos intermitentes,
álamos de fiebre bracenado como velas
la sangre en venas y el volcán en vientres.
Esencia.
Bello, intenso , sensual y sublime poema con una gran riqueza de imágenes poéticas. ¡Excelente! Un abrazo.
ResponderEliminarUn poema con esencia, un grato placer leerte.
ResponderEliminarque tengas una bonita semana.
un abrazo.