Sentir la marejada de mi sangre,
descarnarse el pudor de mi piel,
libar la fe que profesa tu corazón
y oir la voz de tu deseo al raptarme.
Sentir el verso recitado por tus manos,
lo íntimo del te amo que los ojos desnudan,
la dulzura que la inquietud exporta
y la soga de sentir la caricia de tu lluvia.
Sentir el beso que llama las llamas,
sucedernos en la clara caricia del amor,
huir del adiós cuando amanece el alba
dibujar la almohada con nuestro tú y yo.
Sentir que sientes tanto como lates,
saber instalarme en todos tus rincones,
acertar con los aguijones de mi boca
cuan de tu alma brota y para mí lo mandes.
Esencia
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