Cuentas con las perlas de mi deseo,
anudándome en mi cuello las de tu boca,
desgarrando mi ropa beso a beso
para no dejarme ileso un solo poro de mi ser,
para colmarte el placer de saberte mío,
encauzando el río de mis pasiones
que consagran sus razones en tu cuerpo
sin más fe ni rezo que mi saliva untada,
mi respiración entreortada y mi fuego.
Tu piel me identifica,
y la mía se excita de amor,
la flor que me abres respira
en la suicida horca de tu ardor,
uno de dos fundidos en la cripta
de la vorágine que incita al goce
que la pasión descorre entre venas
diseccionando escenas apetecibles
que traspasan límites y nos condenan
a fantasear con suelta piel sin lindes.
Clavado en el canal de mis senos
te bebo entero gota a gota,
asfixiada en la soga de tu aliento
que me vuela sin tiento como toda tentación,
que me exhala el olor de todas mis frutas
cuando ahondas las grutas de mi pasión
y dejamos de ser dos en esa fragua
del placer que engarza una a una
las perlas de la fortuna de ser tu amada.
Esencia
Un placer con perlas llenas de hermosura. Me encantan tus versos tan intensos, tan cálidas y dulces al mismo tiempo.
ResponderEliminarBesos y susurros con dulzura