Drenan mis poros las fantasías,
latigando profecías a mis espaldas,
desnucando la calma que me porfía,
metamorfosis mía, cuan la pasión llama.
Se arquea mi espalda despuntando el sol
humedeciendo la voz de mis adentros,
azahar del cuerpo esparciendo su sabor
haciéndome flor en la cera de tu cuerpo.
Se empapa de veranos la sangre de mis venas,
levantando la marea de mis orillas fronterizas,
suspirando donde suspiras, respirando a ciegas
la consentida fiereza con que tu pasón me atiza.
Adoquinan los fluidos la trémula arquitectura,
sostenida en la locura que el amor nos hace,
en ese íntimo trasvase de sensaciones y tempuras
que no tiene otra cura que volver a amarse.
Esencia.
¡Que no tiene otra cura que volver a amarse¡.Precioso.Me ha encantado.Besos de luz para ti y los que amas.
ResponderEliminarPues sí, tomo noto de la receta de estos bellos versos contra tempuras y calenturas: volver al asunto amoroso. Ya sé por qué me gusta tanto esta página.
ResponderEliminarBesos.
"desnucando la calma que me porfía"
ResponderEliminarMe parece muy interesante y original este verso. También lo es este otro:
"Adoquinan los fluidos la trémula arquitectura"
Un abrazo, Esencia.