Tabernas en dientes
afilando los vinos,
sudores en vilo
de la noche ardiente
que pare en vientres
el blanco delirio,
cerco al precipicio
que nos ingiere.
Metales en limas
de tactos salvajes,
cenital viaje
de vuelta a la salida,
luces encendidas
en motores de lengua
soltando las riendas
en su embestida.
Trote en caderas
de la piel desnuda,
hambre en fugas
de las laderas
donde revientan
las ganas en furia
descosiendo la lluvia
entre las piernas.
Esencia
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