Diambula
el vértigo inacabable
sobre mi piel eremita
vulnerando la ley de la caricia
con el sable
de la desobediencia a la cordura
y la locura
ungiendo la carne
de nuestra patria de besos,
polizones traviesos
escalando la cúspide
para levantarnos
en vilo de la tierra
donde se agitan las quimeras
como hálitos de viento,
cruzándonos los cuerpos
como lengua fornicia
dando a luz caricias
del más hondo sentimiento,
transhumancia de deseos
acelerando su avaricia
para llenarnos con la ira
del ansiado encuentro.
Esencia
el vértigo inacabable
sobre mi piel eremita
vulnerando la ley de la caricia
con el sable
de la desobediencia a la cordura
y la locura
ungiendo la carne
de nuestra patria de besos,
polizones traviesos
escalando la cúspide
para levantarnos
en vilo de la tierra
donde se agitan las quimeras
como hálitos de viento,
cruzándonos los cuerpos
como lengua fornicia
dando a luz caricias
del más hondo sentimiento,
transhumancia de deseos
acelerando su avaricia
para llenarnos con la ira
del ansiado encuentro.
Esencia
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