Hay un calor
que camina por mi cuerpo,
humedeciendo
los campos en flor,
soltando el botón
del contoneo
que excita al deseo
y desabrocha la pasión.
Hay un blanco
empapando mi espalda,
una diana
a tiro de tu arco,
un suspiro mojado
que en venas exclata,
una mujer salada
en tus ojos caminando.
Hay una cintura
ceñida a la humedad,
un sin piedad
descolgado de la luna,
un grito en mi figura
a medida de tus manos,
un fuego direccionado
al amor que nos funda.
Esencia