
Traigo mi copa que rebosa,
mi celosa forma de acometer,
mi sed insome abriendo la boca
buscando la soda que suda tu piel.
Llevo el cáliz de mi deseo
entre los dedos de mi fiebre lúcida,
sin mas súplica que mi cuerpo
desnudando el veneno de su lluvia.
Levanto la dermis de los vientos
que desde adentro me desnudan,
y supura por los poros de mi verso
todo el fuego que a tu cuerpo cruza.
Tomo a sorbos el camino
del delirio que me tiene y me lleva,
donde acierta el íntimo instinto
del suspiro que me despiertas.
Esencia