Tendida al viento de tu verso
excedo en soltar mis brisas
partiendo las cornisas de tus vuelos
que rasean el cuerpo de mis caricias.
Supuran las ganas de mi piel
una fe que incontrola la ciencia
de la impaciencia paciente por ceder
y arder donde tus ojos me queman.
Revuelta en la inercia del deseo
espero que el suspiro de tu vientre
me penetre como ola a la deriva,
aliento y saliva, reptil y torrente.
Abrazada al tacto de mi fantasía
tu fuego me tirita susurrándome más,
y llega a desnucar la noche dormida
por cada rendija donde suena mi palpitar.
Esencia