
Huele la luna a versos
y mi piel a tus instantes,
rosas de mi carne
deshaciéndose por dentro
en la esperanza del cielo
que tus besos me laten.
Suelta el amor sus gotas
rociando mi piel blanca,
con los suspiros del habla
tartamuda de las sombras,
donde la luz nos deja a solas
para sucedernos de alma.
Llega a mis huellas tu llamada,
como un lazo que se anuda
soltándonos como lluvia
la sangre que nos declara
poemas de viva magia
y magos de la fortuna.
Ofrenda su vigilia las pupilas
del corazón que bullente
lento y seguro se entromete
para desnudarme viva,
y concederme a las caricias
que tu amor me desee.
Esencia