
En tu nuez de fuego
se agolpa la saliva
de trenzadas tripas
que mi piel en ruego
reclama vuelos
llegadas y salidas,
dehesas en ira
de los instintos fieros.
Afortunado vientre
de vida y mar,
corriente en par
del tronar ardiente,
presto al torrente
que nos enlaza
sin la coraza
que la timidez tiene.
Avena y seda
entre las manos
del amor en lazos
apretando las venas,
donde la pasión serpea
y la fiebre enfurece,
desliz en mieles
de la dulce ofrenda.
ESENCIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario